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  • 30
    mayo
    Jardinería / por : Raquel

    PLANTAS MEDICINALES: El remedio está en casa

    PLANTAS MEDICINALES: El remedio está en casa

    #NORTYPEDIA - Insomnio, estrés, resfriados, dolores musculares...las plantas medicinales pueden ayudar a combatir estas pequeñas dolencias y si las cultivamos en casa nos disfrutaremos de su aroma y color. En el artículo de hoy, te damos las claves para crear tu propio botiquín natural en casa.

     

     

     

    ¿Cómo crear un herbario?

    Planificar tu propio herbario es más fácil de lo que parece a simple vista: Si eres nuevo en el mundo del cultivo y prefieres empezar por algo sencillo, elige tu planta favorita y plántala en una maceta.  Si ya te atreves con un poquito más, apuesta por cultivarlas en un huerto urbano ¿recuerdas el artículo Convierte tu pequeño balcón en un huerto dónde hablamos del huerto urbano Modulo Garden y sus accesorios? Uno de ellos es Aroma Nursy, el accesorio perfecto si lo que quieres es cultivar varias plantas aromáticas diferentes. 

    Eso sí, es importante que tengas en cuenta el clima y elegir aquellas hierbas que vayan a adaptarse bien a él. Vigila también el sol y la humedad, ya que cada planta tendrá unas necesidades específicas de luz y riego.

    Por lo demás, cultivar tus propias plantas medicinales será pan comido: son agradecidas, muy resistentes y además, para crear tus infusiones y aceites esenciales te bastará con unas pocas hojas, con lo cual las plantas no se verán afectadas.

     

    ¿Qué plantas medicinales elijo?

     

    ALOE VERA: Alto poder cicatrizante

    Su savia es refrescante y tiene un alto poder cicatrizante. Ya en la Antigüedad se utilizaba para tratar quemaduras, inflamaciones y llagas.

    • Como consumirlo: puedes preparar gel, crema, zumo o aplicarlo directamente sobre la piel ¡mano de santo!.
    • Cuidados: El Aloe es una planta sumamente fácil de mantener, perfecta si estas empezando en el mundo del cultivo medicinal. Necesita mucha luz y es sensible a las heladas, así que vigílala durante el invierno. Si la plantas en maceta, álzala con grava volcánica o arlita, así cuando la riegues facilitarás el drenaje del sobrante de agua. 

     

     

     

    ÁRNICA: Para los dolores musculares

    Perfecta para golpes y torceduras gracias a un compuesto llamado helenalina, que reduce las inflamaciones. Su alto contenido en flavonoides, la convierten en una hierba analgésica, antibacteriana y cicatrizante

    • Como consumirla: En este caso, deberás secar sus flores y hojas para infusionarlas posteriormente.  
    • Cuidados: Prefiere climas templados y húmedos. Para propiciar su floración en julio-agosto, colócala en una zona de sombra o semi-sombra y riégala cuando notes que la tierra deja de estar húmeda. 

     

     

    STEVIA: Ni carbohidratos, ni calorías

    De sobra conocida, la Stevia está compuesta por edulcorantes que no aportan calorías o carbohidratos al organismo. Por ello, no afectan a los niveles de glucosa. Perfecto para personas que no puedan abusar del azúcar o para aquellos que quieran controlar su peso.

    • Como consumirla: Para crear tu propia Stevia casera necesitarás sus hojas: pícalas y sumérgelas en vodka (sí, sí, has leído bien). Pasados uno o dos días, procede a retirar el alcohol cociendo el estracto a fuego lento. Tras dos o tres horas, verás que la mezcla se ha convertido en un jarabe. Colócalo en una botellita ¡y listos!. 
    • Cuidados: Al ser una planta tropical, no le gustan nada las bajas temperaturas, por lo que te recomendamos plantarla dentro de casa en una zona donde tenga buena luz. 

     

     

    LAVANDA: sirve para (casi) todo

    Quizá una de las plantas con más usos conocidos. Su aceite esencial tiene poderes muy diversos: analgésico, regenerador celular, sedante, antigripal y un maravilloso antiséptico. Gracias a su poder desinfectante puede prevenir la aparición de ampollas

    • Como consumirla: La lavanda suele aplicarse en aceite esencial. Corta las flores de lavanda y sécalas durante unos días. Una vez secas, machácalas y añádelas al aceite de almendras calentado previamente y déjalo cocer durante dos o tres horas. Después solo deberás colar la mezcla y guardar tu aceite esencial en una botellita hermética y resguardarla del sol y la luz. 

     

    • Cuidados: En verano, riégala con frecuencia. En invierno, en caso de plantarlas en maceta, deberás colocar los recipientes sobre una base elevada para que drenen el exceso de agua.

     

     

    MENTA: Ideal para los resfriados

    Un estudio de la Universidad de Gales (UK) confirmó que el mentol que contiene la menta ayuda a aliviar la congestión nasal y la de garganta, además que es beneficioso para bronquios y pulmones. También es una gran aliada contra el acné o la escamación del cuero cabelludo. Prepárala en infusión y disfruta de su sabor súper refrescante. 

    • Como consumirla: infusionándola.
    • Cuidados: Al ser una todoterreno, bastará con un poco de sol y agua para que crezca como una loca. Es importante controlar su crecimiento podándola de vez en cuando.

     

     

     

    ROMERO: alto contenido en hierro

    El romero infusionado se utiliza para paliar el cansancio y las migrañas, aunque también ayuda en todo lo relacionado con problemas respiratorios. Gracias a su alto contenido en hierro, puede ayudarte a combatir la anemia.

    • Como consumirla: puedes preprarlo en infusión o hacer aceite con él (perfecto para la piel, el pelo y tus recetas!)
    • Cuidados: súper resistente, puedes cosecharla durante todo el año. Riegalo dos veces por semana sin encharcar el agua y protégelo durante el frío del invierno. 

     

     

     

    VALERIANA: Para ayudarte a dormir

    Un tesoro que no puede faltar en tu botiquín. La valeriana tiene infinidad de beneficios, aunque el más conocido seguramente sea el de su efecto relajante. No solo disminuye la ansiedad, sinó que también ayuda a dormir. ¡Una joya!.

    • Como consumirla: Puedes consumirla infusionando sus hojas o sus raíces previamente secadas al sol.   
    • Cuidados: Necesita clima templado, humedad y luz, pero no sol directo.  Riégala cada dos o tres días sin encharcar la zona. A la hora de elegirla plantarla en casa, ten en cuenta que las hojas y raíces de la valeriana son conocidas por su olor fuerte y mohoso. 
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